domingo, 28 de junio de 2009

De Antherroth (parte uno)

Entre los brazos de la estatua de hiedra se sostenia un cantaro bacio, algunas veces, incluso, se llenaba hasta el borde con liquido de algo semejante a la lluvia. Sus facciones estaban incrustadas entre el verdor de aquella figura, sus brazos delicados alzados hacia el cielo seguian la curva de su cuerpo mientras de su espalda brotaban unas alas estaticas atentando con volar en cualquier momento, sus pies se deslizaban por las piernas hasta tocar el suelo. Podia olerse aun a la distancia la nostalgia del viento.
El humo en el borde de su alargada pipa era lo unico que delataba movimiento en aquel cuerpo, sentado sobre un banco fuera de la choza, en medio de un camino de nadie que parecia ser el centro de todos los caminos. Su rictus frio, las pobladas sejas que anidaban una nariz afilada, sus ojos grices dentro de los cuales dansaba una nebulosa platinada, las nervaduras de su frente se perdian junto con las que esas ojas secas amontonadas en el portico de aquella mancion venida a menos, sus pomulos entrados tal vez por la edad, tal vez por el silencio. A traves del cuero curtido que era su piel se deslizaba una presencia, las ropas que formaban una tunica semi andrajosa sobre lo que, se intuia, deveria ser carne y musculos. Sus dedos delgados amenasaban con desaserse si es que se rompia el silencio, la estaticidad de su postura hacia dudar a ratos que estuviera incluso alli, que no fuera una suerte de espejismo. El aroma de la añoranza, o mas vien de la flor del loto, exudaba fuera de su enjuta figura. Unos vigotes en punta caian desde lo que se entendia deviera ser la parte superior de sus labios, tan finos que se perdian en una lina blanquesina por ensima de su pipa.
Las orejas en punta perdidas sobre una extencion de canas dibujaba una especie de irrelidad.
Mientras se apagaba la luz y volvia a brotar la vida del día mantuvose estatico aspirando su humo, flotaba un momento al rededor de su cara, asendia por sobre su cuerpo e iva a perderse montando alguna corriente de turno. Un auror volatil se sostenia enrededor de su cuerpo, parsimonioso, enmarcado en medio del portico tenia el aspecto de una abstraccion. Algo se robaba la luz dirigiendola permanentemente sobre su figura, magnetisandolo, de una manera tal que fuera imposible escapar a su mirar una vez se estaba al alcanse.
Callendo por su cuerpo habia una especie de manto en el kual se encriptaban unas palabras, muy legibles para el, completamente naturales. Sus manos de uñas amarillentas, de nudillos grandes, muy rara ves movian la pipa alargada, de un color caoba y unas inscripciones en el mismo codigo, al parecer, de la amnta que le cubria. La pipa, al igual que su pasiencia, no se agotaba en ningun momento, acompañando su faceta de anciano inextinguible.
Un ginete acoplado a su montura galopaba raudo desde un lejano rincon de la colina, mientras corria la crin centelleaba dejando una estela de polvo en el aire bajo sus pasos. Rompia el silencio del aire mientras flotaba velozmente, su peculiar color violacio resaltaba entre los vacios del cielo.
posandose en fraccion de segundos por ensima de la casa aquella, montura y ginete desendieron gracilmente, aunque este ultimo salto antes de que los pies de su transporte tocaran tierra.
Solo este echo parecio inmutar levemente el rostro de aquel anciano, moviendo la comisura de sus labios para exalar en un tono grave.
-Eligue bien tus palabras forastero, para que tu viaje no alla sido en vano.
Sin moverse de su sitio le respondio el recien llegado
- He venido a escuchar, necesito recordar...
-No escuchas entonces?- interrumpio en seco el viejo- he dicho ke elijas bien tus palabras, Gantorde brisa de plata, tu al igual que todos no son mas que un troso de papel expuesto ante mi vista, no hay verdades que se escapen aqui. Si kieres escuchar, ¿pues entonces ¡a que vienes?.
-Por mas que me habian advertido, aun asi, no deja de ser sorprendente...
-No me agas perder mi tiempo- arqueo un tanto la seja esta vez antes de hablar- ya puedes cojer tu montura y marcharte. Cuando ballas a escuchar, entonces solo ahi vuelve.
El viejo giro su cuerpo y le dio la espalda a el foraneo, volviendo a ahogarse en su silencio. El joven a pesar de permaneser estatico por lo menos tres dias en espera de una nueva platica, insistiendo a ratos como le iva pareciendo prudente, no logro arebatar ninguna palabra de los labios del anciano. Bastante frustrado y con un deseo de matarlo que le recorria cada musculo que ya empesaban a acalambrarse salto sobre su transporte y fue a perderse en la inmencidad de los cielos.
Su blanca melena se dirigio hacia la estatua, perdiendose nuevamente en el humo de su pipa y en sus cavilaciones.
- A pesar de todo- se dijo mientras galopaba- Antherroth ya no es ams que un viejo senil y mañoso, maldito desgraciado!

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Candido, liverando el espesor de sus expreciones y actuando devilmente
ensimismando cada mañana las partituras de un recuerdo pasajero
de esos que quedan sin siquiera preguntarle a los humores.
Aquellos, los que entran, alineados en un espacio que sirve de preludio a la interaccion,
resplancecientes en su sitio totalmente ajeno, deliverado. Su exprecion sujiere
algo calculado mezclado con un espasmo casual.
Causal, pidiendo a gritos una sobervia que lo exonere,
que justifique hasta la ultima gota de sudor que cae por sus sienes
o los alaridos ahogados que exudan por sus entrañas.
Extrañado, de si mismo y de nadie, soltando su mano
apretando la vida que escapa de sus dedos, apretando su aliento
mintiendo a su realidad para verse reflejado en un espejo
Intencional, colapsando en todo lo espontaneo, lento,
diluido tal vez por el espesor de la copa de vino que le acompaña
mirando por la ventana con una satisfaccion auto impuesta.
Miselaneo, como obra de algun bohemio que lo llamara a terreno,
como la sintesis de los actos que no conectan,
asumiendo que su voz puede transformarse de pronto en resolucion.
Aislado de sus quiza, compañero de los quien sabe.
Practicamente se podia sentir el tronar de la manivela mientras rodaba su mente.
Descubierto y en pie delante de lo que fuere su entorno, fragil.
De pronto una llama salio a volar fuera de su boca, un alud entro en su rostro,
gelido como los besos de su memoria echose a volar sobre las iluciones,
meditando los bals que su rostro no veria,
sintiendo los pasos que no llegaran a vailar sus trajes,
viendo como un espectro se personificaba bajo su piel,
mudando de olores, mutando las especias que le aderesaban.
Cogio la copa con aire de caballero, abrio la puerta y salio a dar los primeros pasos
de esto que desidio llamar otra vida.
No alcanso a llegar a una esquina para darse cuenta que se seguia,
aun al colgar el traje sus pasos traian atado a su rostro el peso de los acontesimientos.
Apartadamente jugo con una escarcha sobre la hierba,
sus carcajadas incluso conjelaron el pavimento,
aun con todo lo que su rostro queria ocultar,
aun con todo eso.
Encendio un cigarrillo, echo a correr distraido por los parques,
le apuntaban como loco,
los miraba como fantasmas que desfilaban en medio de las calles,
tan esquematicos, tan volatiles,
se sintio mas eterno que el paso de los segundos,
volaba descalso sin rumbo, en medio de esos foraneos,
corria. ¡Corre! ¡Huye! ¡Alejate! ¡Descuida!
¡GRIIIIIIIIIIIITAAAAAAAAAAAA!
Huia sin descanso, sin dejar de perseguirse.
Una nuve sin rostro paso debastada por los vientos,
podria verse como en un intento de madre
genero un colapso para acariciarle las mejillas.

martes, 23 de junio de 2009

Pisadas

casi como si su nombre se ubiera transformado en alteridad
repicaba despacio el eco disperso de un interno algo,
inusual, expandido por los designios alogenos.
brillaba un pulso distante que provenia del interior
agudo e hipnotico, seudo epico,
contabale en su ritmo propio designios de antaño,
escurrian los versos sin palabras por su piel,
abriendo los poros con el movimiento de la espera.
en lo alto una joven caia DELICADAMENTE craneo abajo sobre la asera, creo que solo yo le vi.
mientras su retina CAPTURABA fotografica cada imagen distorcionada por la velocidad,
siendo que sus ojos desechos en LAGRIMAS caian desperdigados espacio abajo,
un charco de agua le esperaba al final del camino DEVOLVIENDOLE la mirada.
cunado vio su imajen parecio quedar un poco mas TRANQUILA, creo que comenso a habalrme
SUs balvuceos eran difusos, cuando le mire a los ojos, muy aprensivamente.
en ese pequeño lapso en que choco nuestra MIRADA senti como nuestro cuerpo convulciono
espasmodico contra el cemento.
Suavemente, mientras sostenia un periodico doblado bajo el braso un hombre acompasaba sus movimientos por una calle de esas que se mantienen transitadas en medio de las ciudades,
reparando en las cosas superficiales que proporciona una caminata de aquellas, en esos lentos movimientos reparo en una zona acordonada con señales luminicentes que aglutinaba a la gente, seguro seria otro chiko sin nombre ke vendria a engrosar las filas de aquellos que imitan la ruta que siguen las estrellas.
siguio ajeno mientras su sonido de viento repicaba por los espacios basios...

lunes, 22 de junio de 2009

Destierro

encelda la tierra
escalda el silencio
expande el letargo
redime lo solemne con lo sublime
consume las curvas de la inmensidad
para que se_de por manifiesto lo inextingible
lo inexorable
lo inscrito aun por debajo de tu piel
eso que palpita detras de tus parpados
eso que a gritos te pide tirar la cortina
expandido el recuerdo
escaldado los cimientos
enceldando en la estadia
¿llegaras a encontrar algo que refleje tu nombre?


Palpitos de añoranza ... una satira rueda por la escalera
Lextharth